miércoles, 6 de abril de 2011

La Succión

Succión.


         En el momento de nacer, el niño tiene adquirido un reflejo innato primitivo que le permite alimentarse y poder desarrollarse, la succión. Se trata de un reflejo inconsciente que se comienza a gestar en el útero materno y que se prolonga durante los primeros seis meses de vida.


El Amamantamiento.


         El reflejo de succión se activa durante el período de amamantamiento, cuando los labios del bebé entran en contacto con el pezón de la madre, lo que hace que durante la fase oral de la alimentación materna, los labios y los rodetes rodean al pezón, la lengua se sitúa en el suelo de la boca para hacer succión, la mandíbula y la lengua se elevan para comprimir el pezón contra el paladar y obtener el alimento. Todo esto obliga a una gran actividad de los músculos faciales, maseteros y pterigoideos laterales.

         Durante el amamantamiento existen dos fases: el momento de aprehensión del pezón y la salida de la leche. Para recibir al pezón, el bebé desciende la mandíbula activando los músculos elevadores. Los labios se aplican en forma de “C” en la unión cóncava del pezón.
         La lengua se torna acanalada, se ubica entre el rodete inferior y el pezón, comprimiéndolo de su base en la zona anterior de la boca, elevando la mandíbula y la lengua. La musculatura del mentón permanece pasiva.
         La compresión avanza en sentido anteroposterior mediante una retracción de la lengua y la mandíbula, ubicando el pezón en la parte posterior del paladar duro. En ése momento se crea una presión en la orofaringe y una contracción simultánea de los músculos buccionadores, produciéndose el reflejo de succión.

         Una vez el selle entre la boca del bebé y el pezón permanece intacto, el bebé avanza el maxilar inferior frente al superior y contrae el músculo orbicular de los labios sobre el tejido areolar (tejido conectivo y fibroso que se encuentra se los senos maternos) activando los conductos lactíferos permitiendo la salida de la leche contra el paladar duro y la parte posterior de la lengua.
         Las fuerzas musculares de contención intra y extraorales son equilibradas. Interviniendo los músculos pterigoideos, maseteros, temporales, digástrico, genihioideo y milohioideo, que van a estabilizar la mandíbula durante los movimientos de descenso, protrusión, elevación y retrusión en el acto del amamantamiento.


Succión como mal hábito.

         En el momento de nacer, el niño tiene desarrollado el reflejo innato de succión que le permite alimentarse. Aproximadamente a partir del cuarto mes de vida, la maduración nerviosa va a ir transformando el reflejo innato a reflejo adquirido hasta que este patrón de conducta cesa.
         La persistencia del reflejo de succión puede tener serios problemas nocivos en el desarrollo de las estructuras bucales, y entre los hábitos más habituales se encuentran: la succión digital, la succión labial y la succión de objetos.

         La succión digital es un hábito que se presenta con bastante frecuencia que se inicia durante el primer año de vida, pero el cual no es considerado por el pediatra o el odontólogo ya que suele desaparecer sobre los tres o cuatro años de edad. Cuando éste hábito persiste más adelante, se podría asociar a una consecuencia de conducta regresiva ante ciertos trastornos emocionales, asociados con la inseguridad, la ansiedad, el deseo de llamar la atención o una autoestimulación para generar bienestar, que puede tener repercusiones tanto en el entorno social del niño como a nivel orgánico, pudiendo producir modificaciones en la posición de los dientes y en la relación de las arcadas dentarias.
         Aunque la succión puede ser de uno o más dedos, lo más habitual es que se trate de la succión del dedo pulgar, el cual es succionado apoyando la yema del dedo sobre la zona retroincisiva superior, mientras que la parte ungueal se apoya sobre los incisivos inferiores. Los efectos de este apoyo dependerán de la posición, la intensidad, la frecuencia y la duración del hábito de succión, ya que en algunos casos su incidencia es muy escasa y, por el contrario, puede producir mordida abierta con franco aumento del resalte por protrusión de los incisivos superiores y retroinclinación de los inferiores.



Características:
·          A nivel óseo:
-      Paladar estrecho (ojival).
-      Progmatismo superior (maxilar superior tirado hacia delante).
-      Retrognatía inferior (mandíbula inferior retrasada).
·         A nivel dental:
-      Incisivos superiores hacia delante y en ocasones espaciados (diastemas).
-      Incisivos inferiores hacia atrás.
-      Mordida abierta anterior o lateral.
-      Mordida cruzada uni o bilateral (por el paladar estrecho).
·         A nivel muscular:
-      El labio superior presenta hipotonía labial.
-      Labio inferior hiperactivo (contracción anormal durante la succión y la deglución).
·         Otros signos: boca abierta, persistencia de deglución infantil (el niño coloca la lengua entre los dientes para tragar), problemas fonéticos, interposición lingual en reposo (la lengua en reposo está colocada entre los dientes), alteraciones en el dedo (color y en ocasiones callosidad), labio inferior colocado por detrás de los incisivos superiores, interferencia de la secuencia normal de la  erupción (el dedo puede frenar la salida de los dientes), falta de sellado labial.

         La succión labial puede aparecer tras el hábito de la succión digital como sustitución al haberse incrementado el resalte incisivo, siendo absorbido el labio inferior.
         En la mayoría de los casos, el labio inferior es el que suele estar implicado, aunque también se han observado hábitos de mordisqueo del labio superior. La interposición repetida del labio inferior entre ambos incisivos da como resultado una protrusión superior, una lingualización del frente incisivo mandibular, con el consiguiente incremento del resalte y una mordida abierta anterior.

Características:
·          Posición del labio inferior entre los incisivos superiores e inferiores.
·         Excesiva actividad de musculatura mentoniana.
·         Está asociado a la deglución atípica.
·          Mordida abierta.
·         Vestibulización de los incisivos superiores.
·         Lingualización de incisivos inferiores.
·         Pérdida de longitud de la arcada.
·         Sobremordida profunda.
·         Tendencia de fracturas de incisivos.
·         Quielitis (lesión en el labio inferior).


         Y por último en la succión de objetos la más habitual es la succión del chupete, el cual se trata de un hecho frecuente entre la mayoría de los niños menores a los dos años de edad.
         La tendencia de los niños a utilizar el chupete se refiere a la similitud que tiene con la tetina del biberón, ya que han sido alimentados con éste. También puede ser que el niño tiene más necesidad de utilizar el chupete puesto que no ha realizado un esfuerzo muscular y no ha satisfecho su necesidad de succionar. Independientemente de estas razones, la realidad es que cuanto menos tiempo use el chupete las posibilidades de sufrir deformaciones bucales son menores, siempre y cuando esta acción no sea sustituida por el dedo.

         El uso continuado del chupete está casi siempre asociado con la presencia de una mordida abierta anterior y a menudo con una mordida cruzada posterior.



Características:
·         Trauma del tejido gingival.
·         Recesión gingival.
·         Pérdida del hueso alveolar.
·         Eczema perioral.

        

         

2 comentarios:

  1. hola como estas?
    pasaba a saludarte..
    te dejo una abrazo!

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  2. ¡¡Enhorabuena!! Podéis pasar a recoger vuestro premio en http://edu-in.blogspot.com.es/2013/05/premio-liebster-blog-award.html

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